El Boom de la Tilapia: Producción Nacional Aumenta 48.7% en Cuatro Años y Transforma la Acuicultura Dominicana

Santo Domingo, 2 de diciembre de 2024
La producción de tilapia en República Dominicana está viviendo una verdadera revolución. En los últimos cuatro años, la producción creció un 48.7%, impulsada por la alta demanda, las ganancias prometedoras y el apoyo de iniciativas gubernamentales. Con más de 36,683 quintales producidos en lo que va del año, esta industria no solo está transformando la acuicultura, sino que se está posicionando como un pilar clave del sector agropecuario nacional.

Una industria en expansión

El Banco Agrícola de la República Dominicana (Bagrícola) está liderando esta transformación con financiamientos que alcanzan los 700 millones de pesos para proyectos de tilapia. Según su administrador general, Fernando Durán, “hay mucho más interés del que podemos satisfacer”. Este entusiasmo se refleja en el aumento de licencias acuícolas, que han triplicado su número desde 2020, alcanzando las 600, de las cuales hasta el 98% están destinadas a la producción de tilapia.

El atractivo económico de la tilapia

La tilapia no solo es rentable para grandes productores, sino también para pequeñas familias. Según Carlos Mena, presidente de la Asociación Dominicana de Acuacultura (Adoa), un productor empresarial necesita al menos 8 millones de pesos para iniciar, pero puede recuperar la inversión en seis o siete meses con la primera cosecha. Para familias con estanques pequeños, la inversión es mínima y representa un ingreso adicional significativo.

En términos de costos, la producción de tilapia requiere entre 1 y 1.5 kilos de alimento por kilo de carne, significativamente menos que otras carnes como la porcina, que necesita 3 kilos de alimento por kilo producido. Además, la acuicultura permite prácticas sostenibles como la reutilización del agua en cultivos agrícolas, lo que aumenta su atractivo económico y medioambiental.

Retos y oportunidades

Aunque la industria está en auge, aún enfrenta desafíos importantes. Uno de los principales es la tecnificación. Carlos Then, director ejecutivo del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca), destaca la necesidad de avanzar hacia sistemas más modernos que mejoren la calidad del pescado, como el uso de geomembranas para eliminar el sabor a tierra, un prejuicio común entre los consumidores.

Por otro lado, existe una brecha significativa entre la producción actual, que ronda las 3,900 toneladas al año, y el potencial estimado, que podría superar las 10,000 toneladas métricas si se fortalecieran los sistemas de producción y se integraran a los productores informales en un plan estratégico nacional.

Exportación y sostenibilidad

A pesar de los avances, República Dominicana aún tiene mucho camino por recorrer para convertir la tilapia en un producto competitivo en mercados internacionales. Según Mena, para lograrlo es necesario reducir la dependencia de los proyectos estatales, fortalecer las cooperativas y mejorar la infraestructura, como la instalación de cuartos fríos y la tecnificación de los procesos.

La mejora genética del pescado también es clave para generar una proteína de mayor calidad que cumpla con los estándares internacionales. Sin este salto tecnológico, la industria dominicana seguirá enfocada en el mercado local, perdiendo oportunidades valiosas en el ámbito global.

Un cambio en el modelo agropecuario

La tilapia representa una de las áreas más rentables dentro de la actividad agropecuaria. Este sector, que alguna vez estuvo relegado a un papel secundario, ahora está ganando protagonismo, no solo por su impacto económico, sino también por su sostenibilidad y capacidad de generar ingresos en comunidades rurales.

El auge de la tilapia está marcando un cambio en el modelo agropecuario del país, uniendo prácticas tradicionales con innovación tecnológica y sostenibilidad ambiental. Sin embargo, su verdadero potencial solo se alcanzará si se superan los retos actuales y se fomenta un modelo más competitivo y autónomo.

El futuro de la tilapia dominicana

La tilapia no solo es un pescado; es un símbolo de la capacidad del país para adaptarse y prosperar en una industria desafiante. Con el apoyo adecuado, esta especie tiene el potencial de convertirse en un emblema del progreso agrícola dominicano, llevando su sabor y calidad a mercados locales e internacionales.

La acuicultura está dejando de ser una actividad secundaria y se está consolidando como un motor económico. El desafío ahora es garantizar que esta ola de crecimiento sea sostenible y genere un impacto duradero en la economía y las comunidades del país.