Alepo, Siria, 2 de diciembre de 2024
La guerra civil en Siria ha dado un giro significativo tras la toma de Alepo por parte de una alianza de milicias rebeldes e islamistas liderada por el grupo Hayat Tahrir al Sham. Este hecho marca la primera vez desde 2011 que el régimen de Bashar al Asad pierde el control total de esta estratégica ciudad. La ofensiva rebelde ha dejado un saldo de más de 400 muertos, incluidos 61 civiles, y pone en jaque la estabilidad del noroeste del país.

El ataque relámpago que cambió el mapa
La ofensiva, iniciada el pasado miércoles, fue ejecutada con una precisión que tomó por sorpresa al Ejército regular sirio, que se vio obligado a abandonar múltiples posiciones sin apenas presentar resistencia. Las milicias ahora controlan no solo Alepo, sino también vastas áreas del noroeste de Siria, lo que representa un duro golpe para el régimen.
Mientras tanto, las tropas de Al Asad han retrocedido y se han reagrupado en Hama, una ciudad clave cuya caída abriría el camino hacia Homs, punto estratégico que conecta la costa con la capital, Damasco.
Factores que precipitaron el colapso
El rápido desmoronamiento de las fuerzas del régimen se debe, en gran medida, al debilitamiento de sus aliados tradicionales:
- Rusia: Desviando recursos hacia la invasión de Ucrania, su capacidad de apoyo a Siria se ha visto comprometida.
- Irán: Sus grupos afines han sido diezmados por ataques israelíes, dejando al régimen más vulnerable frente a la embestida rebelde.
Estos vacíos han sido aprovechados por los rebeldes para avanzar con rapidez y efectividad.
Respuesta internacional y diplomática
El colapso del régimen en Alepo ha desatado intensas reacciones diplomáticas. Francia, Alemania y Reino Unido emitieron un comunicado conjunto pidiendo una “desescalada” inmediata, mientras que Rusia ha intensificado sus bombardeos sobre las zonas bajo control rebelde, en un intento por contener la expansión de Hayat Tahrir al Sham.
Por su parte, Turquía, Irán, Rusia y Estados Unidos han mantenido contactos diplomáticos para abordar la situación, aunque no se han anunciado acuerdos concretos.
Civiles atrapados en el fuego cruzado
El impacto humanitario del conflicto sigue siendo devastador. Los bombardeos del régimen y la aviación rusa sobre las áreas rebeldes han dejado al menos 56 civiles muertos y más de 200 heridos. Las organizaciones de derechos humanos denuncian la creciente crisis humanitaria en Alepo y sus alrededores, con miles de desplazados que huyen de los combates.
El futuro del conflicto
La pérdida de Alepo representa un duro revés simbólico y estratégico para el régimen de Al Asad, que había mantenido el control de la ciudad desde el inicio del conflicto. Con los rebeldes consolidándose en el noroeste y el Ejército sirio luchando por contenerlos en Hama, el conflicto parece entrar en una nueva fase de incertidumbre y violencia.
La batalla por Hama será decisiva. Su caída podría marcar el inicio de un ataque directo a Homs y poner en peligro las conexiones vitales del régimen con la costa y la capital. Mientras tanto, el colapso de Alepo resalta las profundas divisiones y fragilidad del régimen sirio, dejando al país al borde de una reconfiguración territorial sin precedentes.
¿Hacia dónde se dirige Siria?
La respuesta a esta pregunta dependerá de las próximas acciones de las potencias internacionales y de si el régimen de Al Asad logra recuperar el control o sigue perdiendo terreno frente a los rebeldes. Lo único seguro es que el futuro de Siria sigue sumido en la incertidumbre y la tragedia.